Protegemos nuestra piel del sol durante todo el año, sabemos las consecuencias de un incorrecto descanso o una mala rutina de limpieza, pero muchas veces desconocemos la existencia de otros factores que desencadenan manifestaciones cutáneas en nuestra piel, alterándola de manera significativa en un periodo de tiempo muy corto:
estamos hablado de los excesos y sus consecuencias en nuestra piel.
En épocas navideñas, nuestro estrés aumenta considerablemente debido a la alta concentración de eventos y festividades: reuniones familiares, organización horaria y a su vez, desajuste en los horarios, cambios drásticos en la rutina, prisas de última hora, cambios imprevistos, etc. Son solo unos ejemplos que, sin saberlo, afectan a la calidad de la piel de manera notoria. Además, el descanso nocturno disminuye, suele modificarse a lo largo de días con la correspondiente pérdida de energía y desgaste emocional, la rutina de limpieza se recorta drásticamente como consecuencia del cansancio, consumimos alimentos diferentes, abusamos de alimentos con mayor contenido en grasas y azúcares en forma de turrones y polvorones, ingerimos más alcohol, los ambientes están más sobrecargados y las calefacciones más elevadas.
La piel manifiesta los excesos casi de manera inmediata: tacto rugoso y tono apagado, sensación de tirantez, pérdida de firmeza, palidez, ojeras marcadas, aspecto cansado e incluso, brotes de acné.
CAUSAS MÁS COMUNES
- El alcohol. Una mayor ingesta de alcohol provoca que nuestra piel se altere y disminuya la producción de colágeno y elastina, además de que puede llegar a producir daño hepático irreversible. El abuso en la ingesta del alcohol durante las épocas festivas provoca una disminución en la actividad del sistema circulatorio, necesaria para la correcta irrigación y nutrición de los tejidos. Además, provoca deshidratación y envejecimiento prematuro de la piel, causando una pérdida de volumen de la misma y un aumento de la red de vasos sanguíneos en el rostro manifestando un enrojecimiento de la piel con la consecuente aparición de las arañas vasculares (telangiectasias). El alcohol, además, influye a nivel hormonal siendo uno de los principales desencadenantes del acné.
- El azúcar (glicación). Turrones, polvorones, postres llenos de azúcar, galletas ultraprocesadas… la época navideña es la época dorada del azúcar provocándonos envejecimiento prematuro, pérdida de tono y luminosidad, hinchazón en el rostro y en la gran mayoría de casos, acné. La glicación es el resultado de la reacción del organismo a los azúcares, siendo un fenómeno alimentario. Las moléculas de azúcar en sangre (glucosa) reaccionan con nuestras proteínas (colágeno) uniéndose en forma de proteínas glicosiladas (más grandes) dañinas para nuestro metabolismo que no se liberan ni sintetizan, se acumulan y destruyen nuestro colágeno y elastina, volviendo sus fibras rígidas, quebradizas y débiles con la consecuente manifestación de pérdida de hidratación y firmeza en la piel.
- Fast Food / Comida rápida. El estrés y las prisas por adaptarnos a una agenda navideña apretada influye en el aumento del consumo de comida rápida. No aporta las vitaminas, nutrientes y minerales que nuestra piel necesita, además de estar saturada de grasas y sal. Una dieta rica en grasas saturadas e hipercalóricas produce una alteración en el metabolismo lipídico que afecta a la grasa de la piel, empeorando el acné y la dermatitis seborreica, potenciando los mecanismos inflamatorios como la psoriasis.
- El tabaco. El peor aliado de la piel: aumenta los radicales libres que dañan las membranas de las células. Esto provoca que las fibras elásticas de la piel se rompan y disminuya la producción de colágeno. Además, la nicotina produce los vasos sanguíneos disminuyan su calibre de por contracción de las fibras musculares (vasoconstricción) y el monóxido de carbono del humo disminuye considerablemente la capacidad de la piel de oxigenarse, manifestando dichas consecuencias en forma de arrugas más profundas, estrechas, marcadas y con un tono de piel más apagado y grisáceo. El inicio del año nuevo es el momento ideal para dejar el tabaco y huir de ambientes en los cuales se permita su consumo: los beneficios son iguales tanto para nuestra piel, nuestro organismo y nuestro bolsillo.
- El estrés. El día a día ajetreado junto con un mal descanso nocturno, empeorará no solo nuestra piel si no también nuestro propio humor. La relajación, la práctica de deporte para liberar endorfinas o la meditación serán nuestros mejores aliados para combatirlo.
- La deficiente rutina de limpieza y desmaquillado en la piel junto con un descenso del descanso nocturno, produce un aumento de la deshidratación de la piel, la pérdida de luminosidad y la aparición de un rostro con tono y textura irregular. Tenemos un artículo muy completo de cómo realizar una correcta rutina de limpieza, pincha aquí
- Los ambientes están más sobrecargados por la alta concentración de personas, las calefacciones siguen estando a pleno rendimiento y la condensación es superior a la habitual.
CONSEJOS PARA RECUPERAR LA PIEL
- Realizar una rutina de desmaquillado y limpieza correcta y efectiva. En nuestro anterior artículo (aquí) te enseñamos a realizarla de manera que obtengas todos los beneficios de tu cuidado facial. Es un paso imprescindible y realmente importante para recuperar la piel, siendo muy recomendable el uso de productos que desmaquillen, limpien en profundidad sin irritar la piel y, además, eliminen los restos de polución y detoxifiquen la piel.
- Exfoliar la piel. Es muy importante ayudar a la piel a retirar y deshacerse de células y toxinas que nuestra piel no necesita, utilizando siempre productos suaves que respeten nuestra piel y realizando siempre suaves masajes para no dañarla ni irritarla.
- Hidratar la piel. La piel necesita hidratación sea del tipo que sea. Los aceites son ideales para pieles secas, pero también lo son para pieles grasas. Durante el día se pueden utilizar texturas adaptadas a las diferentes necesidades de cada piel, pero por la noche es altamente recomendable aplicar cremas más untuosas e hidratantes para ayudar a hidratar la piel en profundidad y colaborar en la regeneración celular de la misma.
- Protégete del sol y del frío. No hay nada peor que la sensación de una piel deshidratada, sensible y dañada combatiendo desnuda contra el sol, frío y viento. Utiliza protector solar durante todo el año, los bálsamos labiales son tu mejor aliado contra las grietas y la sequedad, y no olvides aplicar tu hidratante diario para concederle un manto protector a tu piel.
- El ácido hialurónico como ingrediente. El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra en la piel de manera natural y ayuda a tratar la deshidratación y el envejecimiento cutáneo. Hidrata, reafirma y rellena entre otras magníficas cualidades además de utilizarse como principal ingrediente en la cirugía antienvejecimiento. Utilizar hidratantes diarios que contengan ácido hialurónico nos ayudarán a recuperar y devolver la hidratación y elasticidad a la piel mucho antes que otras que no lo contengan.
- Aceites faciales. Tanto en pieles secas, mixtas y grasas, tienen la función principal de hidratar y evitar la pérdida de agua interna de la piel al crear una barrera protectora en la dermis, ayudando incluso a regular la secreción de sebo en pieles grasas.
- Mascarillas específicas. Existen varios tipos con diferentes finalidades: hidratantes, exfoliantes, calmantes, regeneradoras, etc. El uso tras la rutina de limpieza dos veces por semana ayudará a recuperar la piel mucho antes y colaborará en la obtención de los beneficios de nuestras cremas.
En el mercado podemos encontrar de un solo uso en textura hidrogel / papel, mascarillas convencionales en diferentes formatos (crema, bote, en textura líquida, densa, arcilla…) o, en su defecto, podemos recurrir a mascarillas caseras (exfoliantes tipo azúcar y miel o hidratantes con miel y yogurt) - Alimentación sana. Somos lo que comemos. Dejar a un lado los azúcares, alcohol y tabaco serán nuestro mejor aliado para recuperar la piel desde dentro. Aunque tengamos una rutina de limpieza y cuidados de la piel magníficos, no servirán de nada si no contribuimos a cuidar nuestra piel desde el interior. Compensar los días de excesos con frutas y verduras, caldos depurativos, reducir el consumo de sal, infusiones y zumos naturales ricos en vitamina C, aumentando la ingesta de agua a 2 litros diarios ayudarán a recuperar la piel de manera rápida y efectiva.
Por suerte, los excesos navideños de nuestra piel tienen fecha de caducidad, llevándose con ello las alteraciones y daños en la dermis para dar paso a un año nuevo lleno de ilusión, nuevas metas y una piel renovada.
¡Hidrotelial os desea un Feliz y Próspero Año Nuevo 2019!
Muy interesante tu articulo, gracias por la recomendaciones.
Muy interesante tu articulo, gracias por la recomendaciones.