La piel grasa es aquella que sus glándulas sebáceas producen sebo de forma excesiva y se caracteriza por presentar un aspecto brillante en todo el rostro, siendo sobre todo la frente y la nariz las zonas más afectadas. Este tipo de piel es más gruesa y muestra unos poros más dilatados que contribuyen a que ésta se ensucie con mayor facilidad.
CUIDADOS ESPECÍFICOS PARA LA PIEL GRASA
Por ello, necesita unos cuidados de limpieza, hidratación y alimentación específicos para que luzca sana y estética:
- Limpieza: Esta fase es clave, ya que los productos utilizados deben centrarse en la eliminación del exceso de sebo pero sin llegar a irritar la piel. La solución fitomicelar de Hidratia, formulada a base de extractos vegetales, proporciona una limpieza suave, calmante y desmaquillante a la vez, perfecta para purificar e hidratar las pieles con impurezas y restos de maquillaje o suciedad.
- Hidratación: La función del sebo es la de proteger la piel de la sequedad y a menudo al eliminarlo, la piel queda deshidratada y presenta descamaciones en zonas concretas llegando incluso a producirse dermatitis seborreica. Por eso, tras una limpieza adecuada, es importante que la piel reciba su dosis de hidratación.
Es recomendable utilizar productos hidratantes formulados especialmente para piel grasa como el Fluido facial hidratante de Hidratia para piel grasa o Neovium Emulsión facial piel grasa SPF50+ Oil Free en verano, que presentan texturas muy ligeras y contienen activos seborreguladores y matificantes, como la cafeína y el Acnacidol® BG que además cuenta con propiedades antibacterianas, disminuye la secreción sebácea y el número de glándulas activas e inhibe el desarrollo de Propionibacterium acnes, bacteria responsable del acné.
3. Alimentación: «Somos lo que comemos» sí, por eso la dieta es un factor a tener en cuenta bien para evitar aquellos alimentos que puedan empeorar una piel grasa, bien para consumir aquellos que pueden mejorarla:
- Evitar: la carne grasa (como la de cerdo, cordero o pato y la mayoría de embutidos), harina refinada, sal, azúcares añadidos.
- Consumir: agua, vitamina C, fruta y verdura, grasas «buenas» (que encontrarás en el aguacate, los pescados azules o los frutos secos), fibra (procedente del pan integral o los cereales), zanahorias, zinc (legumbres) y yogur.
4. Por último y como conclusión, es importante tener en cuenta también el resto de cosméticos faciales que entran en contacto con una piel grasa. Al igual que las cremas hidratantes, deben ser cosméticos específicos para este tipo de piel, que no sean densos y que no aporten más brillos. Por eso debemos elegir aguas micelares o jabones con antiséptico a la hora de limpiarla, fotoprotectores de toque seco y en formato fluido antes de la exposición al sol, exfoliantes para limpiar el cutis en profundidad y maquillajes de polvos compactos o aquellos con un acabado mate.